jueves, 24 de mayo de 2007

Bibliotecario o Bibliotecológo: un puente de acceso a la información

La gran tradición popular nos ha enseñado, y nos ha llevado a reconocernos como ciudadanos, pero no dentro de nuestra gran esfera global, sino sólo del mundo al cual pertenecemos, la sociedad donde nos criamos o la cultura de la cual hacemos parte. Nuestro mundo multicultural es una pequeña realidad en nuestra sociedad, pero debería ser una gran verdad en nuestra vida.

La sociedad, y nosotros mismos, nos hemos saciado en nuestra individualidad, que día a día nos consume y nos atrapa bajo esquemas de idealización de integración a un grupo o colectividad digna de respeto y un alto nivel social.

Es el caso de la Bibliotecología, la cual es una “ciencia social que abarca el conjunto sistemático de conocimientos referentes al libro y a la biblioteca estudiando sus objetivos, principios, contenido, sistema y leyes de desarrollo. También trata la formación y acumulación de fondos, operaciones técnicas y utilización de riquezas literarias en interés de la sociedad, así como la gerencia de bibliotecas”, unida a esta encontramos la Ciencia de la información que es la “ciencia interdisciplinaria que estudia la estructura y propiedades, comportamiento y regularidades de la información; las fuerzas que gobiernan el uso y flujo de la misma y los métodos y medios de procesarla para su uso óptimo.

Al unir la Ciencia de la Información y la Bibliotecología podemos encontrar que estas pueden relacionarse muy bien con los procesos de generación, diseminación, recolección, organización, almacenamiento, recuperación, interpretación y uso de información. Además que pueden relacionarse con la Matemática, Lingüística, Psicología, Sociología, Tecnología de la Computación, Investigación de Operaciones, Artes Gráficas, Comunicación, Economía, Archivistica, Administración y algunos otros campos.

La importancia que puede residir sobre esta área del conocimiento el trato de la información, hace parte de la nueva ola que esta llevando al mundo a acoplarse a las nuevas tecnologías, y al manejo del conocimiento en forma más rápida y con una facilidad de reproducción mas eficiente.

Ya teniendo un poco de conocimiento general de lo que es y para lo que puede ser utilizada, podemos profundizar un poco más en el tema que nos compete en este ensayo.

Son muchas las razones por las cuales se puede pensar en ser un profesional en esta área, pero como en muchas otras existen algunos dilemas, que hacen que el verdadero espíritu y esencia de estudiar Ciencia de la Información y la Bibliotecología pierda total validez. Por ejemplo, uno de los inconvenientes que más se presenta es la falta de apropiación por parte de los estudiantes y hasta de los mismos profesionales, que dejan aun lado los compromisos adquiridos al estudiar esta Ciencia, y la convierten solamente en una fuente de sustento económico.

Ahora bien, esto hace que hasta nosotros mismos desconozcamos los alcances y objetivos de esta área, y los infinitos servicios que podemos llegar a ofrecer a la comunidad científica, y sobre todo a la comunidad que no cuenta con los recursos suficientes para tener acceso a los mínimos de justicia, como por ejemplo lo es el derecho a la información.

Sabemos que el compromiso no está en buscar o en intentar resolver, lo que en este momento nos debe acoger, es el deber de crear formas que converjan con las nuevas formas de trabajo, y hagan que los menos favorecidos puedan contar con las herramientas suficientes que les permitan encontrar caminos que los guíen al encuentro de la vía que los conduzca hacia un nuevo y mejor estilo de vida.

Hacia una moral (Ética) de la Bibliotecología

La ciudadanía, parte desde el punto donde cada uno de los individuos interpreta su pertenencia a la sociedad como propia, y acepta que además de tener derechos, también debe cumplir unos deberes, los cuales permiten lograr unos mínimos de convivencia.

Los mínimos logrados permiten que la red social, cultural, económica, etc., logren alcanzar niveles de aceptación, donde todos los interesados en intervenir en el proceso de construcción del Estado-Nación acepten el proceso de inserción a la sociedad a la cual pertenecen y en cual identifican sus ideales. La presencia de multiculturalidad debe presentar un esquema de adhesión que permita que cada individuo se identifique con otros y conformen un espacio civil de participación y apoyo mutuo enfocado en el respeto equitativo.

Esta es la sociedad a la cual los grupos académicos deben pertenecer, pues es desde este punto donde se reconoce la labor y responsabilidad social que deben desempeñar dentro de la comunidad a la que pertenecen, y además al mundo en el cual viven.

Es por eso que la responsabilidad de los académicos y profesionales no sólo se debe fundar en la base de la filosofía de su profesión, además esta se debe adherir al compromiso que tienen ante la comunidad en general de fomentar y generar formas que permitan a la población encontrar herramientas para un mejor bienestar. Por lo tanto el quehacer y el deber se deben combinar en uno solo y bajo un código único, que permita medir y moldear la obligación y la convicción moral, a la cual se deben comprometer los profesionales.

Es importante crear en cada profesión su propio Código Deontológico, pues es este el que dicta y permite conocer los deberes que debe cumplir cada profesional y las actividades que debe procurar desempeñar, cuidando siempre encontrar métodos que permitan realizar un aporte a la comunidad.

Es así, que una profesión debe ser “en principio, una actividad humana social, un producto de la acción de personas concretas, mediante la cual se presta un servicio específico a la sociedad, y se presta de forma institucionalizada”.

A este parámetro se adhiere el sentido por el cual la actividad profesional es, pues, “una actividad social, en la que cooperan personas que desempeñan distintos papeles: los profesionales, lo beneficiarios directos de la actividad social (clientes, consumidores, pacientes, alumnos, etc.), otros estamentos implicados (proveedores de un hospital, competidores en el caso de una empresa, etc.) y, por supuesto, la sociedad en su conjunto, que ha de dictaminar si considera necesaria esa actividad, o al menos beneficiosa, y si piensa que se está ejerciendo de un modo satisfactorio para ella.”

Ahora bien teniendo en cuenta esto, debemos ser consientes del alto nivel de responsabilidad que tenemos frente a nuestra actual sociedad. El caso de nosotros los estudiantes o profesionales en Ciencia de la Información es crítico, por que ya como anteriormente lo mencione, los objetivos y compromiso social que tenemos frente a nuestra comunidad son mínimos, y las cláusulas en las cuales se contienen los deberes a los cuales nos debemos comprometer no se cumplen a cabalidad.

Este problema se detecta mas en Colombia, pues, nuestro servicio y actividad solamente se ha centrado en el cumplimiento de tareas especificas y rutinarias, como lo son: ordenar bibliotecas, archivos, prestar servicios de referencia (en su mayoría mediocres), etc.

Es necesario como en otros países, tener en cuenta que debemos crear un código deontológico, el cual permita a los Bibliotecarios o Bibliotecólogos tener una conciencia mas abierta sobre el compromiso que debemos adquirir, para encontrar el desarrollo de mejores beneficios de nuestra comunidad.

Ya no debe ser una obligación solamente impuesta, debe ser un compromiso moral el que nos promueva a llevar como bandera nuestra responsabilidad a desarrollar labores sociales enfocadas al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades menos favorecidas, y mas aun, teniendo en cuenta que nuestro país Colombia, es un país en guerra, en el cual no podemos ni debemos pretender pasar por alto el deber moral al cual nos debemos acoger.

Algunas asociaciones como la ALA (Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos) han creado algunas normas mínimas, en donde los miembros de la Asociación, reconocen la importancia legislativa, a la profesión y al público general, de los principios éticos que deben guiar el trabajo de bibliotecarios, personal bibliotecario y otros profesionales que provean servicios informativos.

Los principios de este Código se expresan en afirmaciones generales con el fin de orientar la toma de decisiones éticas. Estas afirmaciones sólo son un marco de referencia; no pueden dictar, y de hecho no dictan, pautas de conductas a seguir en situaciones particulares.
1. Proporcionar el más alto nivel de servicio a todos los usuarios de las bibliotecas a través de recursos adecuados y organizados de forma útil; políticas de servicio equitativo; acceso equitativo y respuestas amables, precisas y objetivas a todas las solicitudes.

2. Defender los principios de la libertad intelectual y ofrecer resistencia a todos los esfuerzos dirigidos a censurar los recursos de las bibliotecas.

3. Proteger el derecho de cada usuario de las bibliotecas para mantener su privacidad y confidencialidad respecto a la información consultada o recibida y a los recursos consultados, otorgados en préstamo, adquiridos o transmitidos.

4. Reconocer y respetar los derechos de propiedad intelectual.

5. Tratar a nuestros compañeros de trabajo y a los demás colegas con respeto, imparcialidad, y buena fe, y abogar por condiciones de empleo que protejan los derechos y el bienestar de todos los empleados de nuestras instituciones.

6. No promover intereses privados a expensas de los usuarios de las bibliotecas, nuestros colegas o nuestros institutos de empleo.

7. Distinguir entre nuestras convicciones personales y nuestras responsabilidades profesionales y no permitir que nuestras creencias personales interfieran con la representación imparcial de los fines de nuestras instituciones o con nuestra misión de garantizar a los usuarios el acceso a nuestros recursos de información.

8. Esforzarse por alcanzar la excelencia en nuestra profesión manteniendo y mejorando nuestros propios conocimientos y aptitudes, estimulando el desarrollo profesional de nuestros compañeros de trabajo y fomentando las aspiraciones de futuros miembros de esta profesión.

Es importante tener en cuenta que para implementar y realizar un código único que permita a los profesionales ser consecuentes con sus actos, y crear conciencia de los mismos se deben tener en cuenta muchos aspectos, como lo pueden ser los dilemas morales que se presentan cuando hay conflictos de valores, entre otros.

En el caso del Código de Ética de la Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos podemos darnos cuenta como se establecen valores mínimos que permiten visualizar, de una forma fácil y rápida, el compromiso que abarcan las responsabilidades éticas de la profesión, en este mundo, cada vez más cambiante en el ambiente de la información.

“Tenemos un grado significativo de influencia y control en la selección, organización, preservación y difusión de la información. Gracias a que vivimos en un sistema político fundamentado en una ciudadanía informada, somos miembros de una profesión que está decididamente comprometida con la libertad intelectual y la libertad de acceso a la información. Tenemos la obligación especial de garantizar la libre circulación de información e ideas para las generaciones presentes y futuras”.
POR: JEYSON LEONARDO ARISMENDY R.

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